Comienza el otoño y el paisaje empieza a transformarse, de fondo se escucha el eco de la berrea que me acompaña. Día de sol, ausencia de viento, disfruto de los aires de la Montaña Palentina y de la Cántabra, camino entre rocas, praderas, bosques de hayedo y escobas que me llegan hasta el cuello en algunos tramos, haciendo díficil mi marcha, pero mi espíritu de aventura es más fuerte y consigo superar las dificultades que supone salirse del trazado previsto, no antes sin sudar la gota gorda.
Mi caminar se ralentiza debido al cansancio acumulado y al calor de las primeras horas de la tarde, una bajada más, otra subida más. . . y ya diviso mi objetivo: Camasobres, el lugar desde donde partí esta mañana y que no me ha defraudado a pesar de que la zona recorrida no es muy frecuentada, y es que la sensación de vagar sólo por estos lares agudiza mis sentidos poniéndoles en alerta ante cualquier ruido y haciendo que me sienta como un auténtico explorador en territorio desconocido.
Mi corazón se desacelera, mi respiración es más pausada, mis músculos se relajan. . . "no solo hay que ir, lo más importante es volver".
Recorrido: Camasobres,Peña Baila, Calar De La Congostura, Alto Pedroga, Collado Sierra De Albas, Vistrió, La Congostura, Valluluengo, Peña Baila,Camasobres.
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